¿Qué hacemos con estos números?
Por Victoria Croci – Directora General TECHO La Plata
En 2008, desde TECHO comenzamos a construir las primeras viviendas de emergencia en la ciudad de La Plata. Al año siguiente, partiendo de la premisa de que sin información no podemos avanzar, nos unimos a otras organizaciones para realizar el primer Relevamiento de Asentamientos Informales (RAI) a nivel local. Queríamos datos claros y precisos sobre la cantidad de barrios en nuestro territorio, cuántas familias vivían en ellos y las condiciones de infraestructura en cuanto al acceso a servicios básicos y vivienda. Con el tiempo, descubrimos que esos números nunca dejaron de crecer. Según el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), en La Plata hay más de 200 barrios donde viven al menos 300.000 personas.
¿Qué podemos decir de esos números?
Nos dicen que el 90% de las familias que viven en estos barrios no tienen acceso formal a la energía eléctrica ni al agua potable. Nos dicen que el 97% no tiene acceso a la red de cloacas y que el 99% no puede conectarse a la red de gas natural. Nos dicen que el 87% de las viviendas tienen techo de chapa, paredes de madera y piso de tierra, que en el 80% de ellas entra viento y agua, y que muchas tienen problemas de humedad. El tamaño promedio de estas viviendas es de 29 m2, con 3 camas para 4 personas*.
¿Qué más podemos decir de esos números?
Pero para nosotros y nosotras, esos números son más que simples estadísticas.
Es Nadia con sus tres hijos. Es Vero y su olla comunitaria cada sábado, para que ninguna familia del barrio pase hambre. Es Noelia, quien gracias a la construcción de su vivienda pudo escapar de una situación de violencia intrafamiliar. Son Agustina y Marlene, que se hicieron amigas en los encuentros previos a la construcción de viviendas.
Cuando les ponemos un nombre, una cara y una historia, estos números dejan de ser simples cifras y se transforman en humanidad, en familias que viven en condiciones inadecuadas. Frente a estas realidades injustas, desiguales y vulnerables, nos comprometemos a transformarlas.
La vivienda es un derecho, al igual que la salud, la educación, el acceso a servicios básicos, la seguridad y el hábitat adecuado. En junio, 14 familias del barrio Nueva Esperanza lograron tener una vivienda digna donde poder desarrollarse plenamente, gracias a la construcción de viviendas que realizamos junto a la comunidad.
Constantemente nos preguntamos: ¿qué hacemos con estos números? Poco a poco, a nuestra manera, estamos creando otro mundo.