141 años de La Plata: el desafío de liderar las transformaciones globales
Por Jerónimo Guerrero Iraola #DesafíoBenoit / Foto: Emiliano Gatti (@emiigatti)
Vivimos en la ciudad más linda del mundo. Pensada en el papel, ejecutada en la nada. Donde había bañados, surgieron plazas, parques; allí donde croaban las ranas, se emplazaron edificios majestuosos. Disputamos, en los sueños de Rocha y Benoit, el lugar de capital de la nación, mientras pujábamos por ser faro regional: la ciudad de las luces, ciudad ideal concebida a partir de la potencia narrativa de Verne en “Los 500 millones de la begún”.
Lejos quedaron las ideas higienistas de los fundadores. Sin embargo, algo sobrevuela en quienes amamos a la ciudad. Esa impronta fundacional de pensar e imaginar por dónde, de qué forma diseñar escenarios que permitan ser guía para las futuras generaciones. Para muestra basta un botón. Hacia 1890, época de la creación de la Universidad Provincial de La Plata, o para 1905, año de su nacionalización, concebir un establecimiento de educación superior en nuestra ciudad fue un hermoso desvarío de aquellos “peligrosos soñadores”. No había sentido aparente, ni necesidad evidente.
Hoy, la Universidad Nacional de La Plata, acoge a más de 200 mil personas al año, y es una referencia ineludible en materia de educación, ciencia y tecnología. La dirigencia debe sentarse, con lápiz y papel, a pensar, bosquejar y escribir el plan de vuelo de los próximos 50/100 años. Parece titánico, como lo fue imaginar una ciudad universitaria en medio de la llanura, pero es el único camino posible ante la posibilidad que nos brinda la historia.
Estamos atravesando, a nivel global, un proceso de cambios sin precedentes. La cuarta revolución industrial. Transformaciones en la economía, en la sociedad, en las comunicaciones, en el arte, la cultura, en los modelos de producción y acumulación de riqueza. Este mundo, que se desarma para rearmarse, nos debe motivar a ser plásticos, a modelar cabezas y alinear esfuerzos para liderar tamaña empresa. A pensar fuera de la caja y, sobre todo, a aprovechar al máximo nuestras ventajas comparativas.
La Plata tiene, sólo en la UNLP, un ecosistema de más de 200 mil personas que piensan, hacen, investigan, desarrollan, enseñan. Cuatro estadios Diego Armando Maradona llenos de personas que, alineadas con las políticas municipales, y bien ensambladas con las lógicas y dinámicas provinciales, pueden llevarnos a la estratósfera en términos de desarrollo. Y en esta cuenta no he sumado al CONICET, a la Comisión de Investigaciones Científicas provincial, a la Universidad Tecnológica Nacional, al INTA, entre tantos otros establecimientos educativos o agencias de investigación/gestión en la que se entrelaza el talento platense, que es talento argentino for export.
En el cambio de la matriz productiva está la ventana al futuro. Nuestras “cabezas” y sus desarrollos, son los eslabones que pueden agregar valor en todos los continentes. Tenemos una fastuosa capacidad instalada: edilicia, tecnológica. Tenemos el saber hacer. Todas esas dimensiones permiten, además, alineamientos ágiles. Es sumar el “ladrillo” a la producción global y cobrar el producido vía patentes, derechos y regalías. Es entender que la promoción de la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura es una vía rápida y eficaz al desarrollo y la generación de divisas, lo que permitiría a nuestra ciudad ingresar a la mesa de las ciudades/regiones exportadoras. ¿De qué? Lo digo una vez más: de conocimiento e innovación.
En estos 141 años, debemos ser maduros. El desarrollo urbano y el rediseño de la ciudad tiene que ser el debate inmediato luego de enfilar la proa al futuro. A la producción, al trabajo y la generación de valor. Tenemos el talento, cientos de “Bizarraps” anónimos que están en laboratorios, en las aulas, en estudios de grabación explotando de talento y esperando que, de una vez por todas, La Plata abra la caja de pandora y dé rienda suelta a la imaginación, las luces, la sinergia y la explosión de la creatividad. Seamos capaces de retomar las líneas de Benoit y hacer de esta hermosa ciudad, el faro de América Latina y el mundo.
¡Feliz cumpleaños ciudad amor de mi vida! Te debemos muchas décadas de esplendor. Ese es el camino para rendir culto a nuestra historia.