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¿Cuánto falta para vivir en tiempos de Farenheit 451?

Por Las brujas que salem

La novela de Ray Bradbury hablaba de un tiempo distópico donde las autoridades quemaban los libros y priorizaban las pantallas para lavar cerebros y adoctrinar. Las políticas desplegadas por Javier Milei y sus trolls libertarios se asemejan cada vez más a la ficción y nos hacen vivir todos los días como si estuviéramos inmersos en una película de terror.

El ensañamiento con la novela Cometierra, exitosísima y traducida a varios idiomas, no solo tiene que ver con su temática, sino también con su autora, una mujer que cría sola a 7 hijos en el conurbano bonaerense, que eligió durante toda su vida la docencia y ama la educación pública, muchas “características” que se ganaron el odio de quienes nos gobiernan.

Cometierra cuenta la historia de una adolescente que va a ser llamada precisamente así por sus conocidos por tener el don de “comer tierra” y ver qué le pasó a gente que está desaparecida, en especial mujeres desaparecidas víctimas de femicidio, secuestro o trata.

Para atacarla no fueron “sinceros” y se refirieron a que no creen ni en la violencia por razones de género ni en las mujeres que se empoderan, Victoria Villarruel decidió postear una parte del libro donde hay contenido explícito sexual – nada que los adolescentes no conozcan ni hagan- y a pesar de que texto está “recomendado” para alumnos entre 17 y 18 años crucificó a Sileoni, Kicillof y toda la provincia de Buenos Aires. El resultado: escritores del país y del mundo se solidarizaron con Dolores, realizaron una multitudinaria lectura colectiva y las ventas de la historia se disparó en todas las librerías.

Dolores al principio simplemente hizo pocos posteos tratando de bajar el tono en sus redes sociales pero en los últimos días realizó entrevistas radiales y contó que: “Más o menos hace un mes vengo recibiendo una catarata de insultos y amenazas. Estos últimos días bajó bastante, porque empezó a haber respuesta de toda la comunidad de escritores”, contó Reyes. «Escritores solidarizándose con esta situación que es anormal y asimétrica, desde equipos de trolls y la vicepresidenta contra una ciudadana”, apuntó la autora, que lamentó el acoso que recibió en la red social X (antes Twitter).

El problema —sostuvo Reyes— es que ellos lanzan campañas de odio que repercuten en otra persona, que pasa a la acción: lo vimos con este hombre que quemó a cuatro lesbianas en Barracas”. En este contexto, no descartó ir a la Justicia para denunciar todas las amenazas que recibió: “Todavía no hice denuncias, pero lo estoy pensando. Sí guardé pruebas. Bloqueé a un montón de gente, pero guardé links, capturas de pantallas, material”.