El hábitat como principio de los derechos humanos
Por Pamela Assman – Voluntaria del equipo de Sede La Plata – TECHO
Cuando hablamos sobre hábitat, nos referimos al espacio donde se desarrolla la sociedad. Es más que el ámbito físico donde vivimos y satisfacemos nuestras necesidades, es el lugar donde convivimos, reímos y lloramos. Sin un hábitat adecuado, el ser humano tiene grandes dificultades para desarrollar plenamente sus capacidades.
Habitar es más que simplemente estar, es encontrar refugio, cobijo y hogar. Es el techo que nos resguarda de la tormenta, pero también es la cama donde nos animamos a soñar sin límites, la mesa donde compartimos el pan e intercambiamos como estuvo nuestro día y la cocina que irradia ese calor con sabor a hogar.
Habitar es una necesidad, tan o más importante, como el aire que respiramos, como el agua que nos sustenta, o como los rayos de sol en invierno que nos dan un poco de calor. Es la raíz que nos ancla a la tierra, es el lugar donde nacemos y crecemos, donde amamos y soñamos. Es el espacio donde nos sentimos seguros y protegidos/as, donde creamos nuestro sentido de pertenencia, nuestras raíces, donde se tejen historias y se forjan futuros, donde aprendemos y crecemos, donde soñamos y planificamos, donde amamos y cuidamos.
El hábitat es un derecho, por lo tanto no debería ser una posibilidad solo para algunos/as, no es un privilegio ni tampoco un premio. Es justicia, es la base firme de una sociedad, es dignidad, es el principio de los derechos humanos. Ojalá que siempre encontremos nuestro lugar en un mundo donde habitar sea una necesidad satisfecha y un derecho respetado.4