ComunidadTips de la revolución

El rabo entre las patas

Por Jerónimo Guerrero Iraola

Abogado del Centro de Excombatientes Islas Malvinas La Plata; Autor del libro Tecnologías de impunidad

El 30 de diciembre de 2023, en el suplemento Ideas, se publicó una entrevista a Jorge Pérez Grandi y Marcelo Llambías Pravaz. Dicha entrevista surgió como una réplica, un alegato corporativo de estos ante a la reseña del libro de Hernán Dobry, Los soldados judíos de Malvinas, publicada tiempo antes en el medio. La misma esconde algunos aspectos y situaciones que deben ser tenidos en consideración. En primer término, el desagravio omite información que a esta altura es inocultable.

Existe, en trámite ante el Juzgado Federal de Río Grande, un expediente, el 1.777/07, en el que se busca echar luz sobre las torturas cometidas por miembros de las Fuerzas Armadas en perjuicio de los soldados conscriptos. Allí, hay más de un centenar de militares denunciados, y más de 200 testimonios que dan cuenta de los hechos. En el expediente se investigan el hambre, los estaqueamientos, la inmersión de soldados en agua helada, el enterramiento de soldados, la práctica de picana con teléfonos de campaña, los simulacros de fusilamiento, entre otros vejámenes. Algunos de los más de 100 hechos denunciados hasta el momento se dieron en contexto de antisemitismo, como también se pudieron constatar situaciones de homofobia, entre otras circunstancias que agravan aún más la cruel práctica de tortura.

“…Me deforman la cara de los golpes, me golpean con el fusil FAL […], me quiebran tres costillas y la clavícula, casi pierdo el ojo derecho, me hacen caminar por la zona minada ida y vuelta […] me manda a estaquear, a desvestir, […], me pone una granada en la boca…”. Este, junto con otros testimonios similares, van configurando la compleja trama de la investigación. Llambías Pravaz, puntualmente, aparece denunciado en el expediente como presunto autor del delito de tortura. Todo esto se encuentra debidamente documentado. Dado que la causa lleva 17 años de trámite, debimos acudir a la CIDH. El 6 de diciembre de 2023, recibimos la noticia de que el caso fue admitido. El Estado argentino deberá dar explicaciones ante el organismo por la omisión del deber de investigar crímenes que son reprochados por la comunidad internacional.

Por último, Llambías Pravaz acusó al organismo, al afirmar que queremos “plata”. No hace falta aclararlo, pero por si queda alguna duda: no buscamos plata, buscamos reescribir la historia. Buscamos Justicia por los “pibes de Malvinas”. Por los que quedaron en las islas, por quienes se quitaron la vida. Buscamos que las FF.AA. del período 76-83 queden en el lugar de la historia que les corresponde: el del genocidio, el de la infamia, el haber estado instruidas en la doctrina de la seguridad nacional para el exterminio y no para la defensa, el de la entrega de la soberanía.

Exigimos a la Corte Suprema que resuelva los 9 recursos extraordinarios federales, a la Jueza Borruto, de Río Grande, que indague, procese y eleve a juicio. A los Tribunales que lleven adelante juicios orales con apego a todas las garantías. No tenemos dudas de que este tipo de expresiones obedecen a la asunción de que el tiempo de la Justicia es inminente. A constatar que un organismo pequeño, contra viento y marea, ha logrado desmontar las tecnologías de impunidad, el andamiaje estatal sustentado en la clasificación de archivos, en el amedrentamiento de las víctimas, en el control sobre la prensa y los espacios de excombatientes que se fueron conformando durante la posguerra. Este organismo logrará que sea Justicia. Pérez Grandi y Llambías Pravaz lo saben: por eso tienen el rabo entre las patas.