“Las mujeres en ciencia nos hacemos preguntas que son relevantes para toda la sociedad”

Por Gabriela Chamorro y Candela Cavenaghi – Las brujas que salem

“Científicas de acá” es un proyecto comunicacional que nació en pandemia a raíz de la inquietud de cuatro mujeres,formadas en distintas disciplinas científicas, pero unidas por la curiosidad, el impulso de contar historias y el feminismo.Este grupo está conformado por Carolina Hadad, que viene de “Sistemas”, Julieta Alcaín del mundo de la Biología, Valeria Edelsztein especialista en Química y Julieta Elffman la comunicadora social del equipo y con quien charlamos largo y tendido sobre este proyecto apasionante

-“Científicas de acá” reúne muchas historias de mujeres ¿por qué es importante recuperarlas y hacerlas públicas?

La idea de hacerlo surgió de a poco. Con las chicas coincidimos en una especialización del tema de comunicación de la ciencia y empezamos a darnos cuenta que no solo en nuestras carreras, sino también en nuestro ejercicio profesional, habíamos tenido poco contacto con las historias de mujeres de cada uno de los campos de estudio de cada una. Aparecieron las preguntas de si esas mujeres realmente no habían existido en química, biología, sistemas y al darnos cuenta que sí, empezamos a ampliar la búsqueda en otras disciplinas también y a hacernos más preguntas como por ejemplo ¿Por qué no las conocemos?

En las redes comenzamos a contar las historias y ver qué interés generaban y la verdad que hubo mucho eco en la comunidad, que a su vez compartíanlos relatos de las mujeres que habían conocido ellos o de la tía científica, o de la sabia del pueblo y comenzó a tejerse esta idea grupal de revalorizarlas porque habían estado ocultas, invisibilizadas a lo largo de la historia.

Estamos acostumbradas a que así como hay “grandes próceres”, también están los “héroes de la ciencia”, pero siempre son varones. Por eso nos pareció que contar estas pequeñas historias de mujeres que contribuyeron, de alguna manera en distintas disciplinas y en diferentes regiones del país, era hacer un acto de justicia, revalorizarlas, iluminarlas y ponerlas en el centro.

Es un poco reconstruir nuestra identidad…

Sin duda, no solo conforman nuestra identidad, conforman nuestro pasado, nuestra historia y también configuran de alguna manera nuestro futuro.

Haciendo este proyecto nos dimos cuento que si no hay imágenes de mujeres en ciencia es mucho más difícil, para las chicas, para las jóvenes que están eligiendo esa vocación, dedicarse a este tipo de disciplinas.

Hay áreas como sistemas o ingeniería que son muy masculinizadas y sus referentes también son varones, esto está empezando a cambiar lentamente, pero justamente parte del trabajo es hacer que eso cambie. Mostrar modelos de mujeres en la ciencia, no como heroínas, como al estilo Marie Curie que es lo que siempre se muestra, sino mujeres que hayan hecho algún aporte importante.

-Además están ofreciendo un listado de mujeres con voces autorizadas…

-Claro, queremos que sirva como insumo, desde diseño de políticas públicas hasta para las personas que organizan eventos, congresos, charlas…

Es muy típico que en conferencias de repente, son todos varones y cuando preguntas por quéno hay una mujer ahí te dicen “y porque no hay mujeres especialistas en estos temas“. Eso es rotundamente falso, debe haber muy pocos temas en el mundo en los que no hay una mujer trabajando o una mujer formada.

Por eso es importante tener voces autorizadas ya que si no siempre estamos en el famoso “mansplaining” ¿no? Ellos siempre explicándonos o teniendo la posta para hablar y la voz de la mujer que queda silenciada y a veces, autosilenciada porque también, está comprobado que las mujeres tendemos a excusarnos o pensar que tenemos que saber más para hablar de un tema. En cambio llamás a un varón y con saber apenas algo del tema se anima a hablar. Además está comprobado que las mujeres estamos más calificadas que los varones para conseguir un mismo puesto de trabajo o un mismo salario. O sea la brecha salarial no solo funciona con la lógica delante el mismo puesto y la misma capacidad donde los hombres ganan más, sino que muchas veces además las mujeresestán máscapacitadas para el mismo puesto de trabajo.

Así que con este listado mostramos que hay mujeres especialistas en los distintos temas y desarmamos un poco esa autoexcusa de las mujeres que siempre necesitamos tener un postgrado más, una capacitación y ser brillantes.

-Detrás de cada nombre de esas mujeres debe haber muchas historias de mujeres pioneras ¿no?

Sí, la verdad es que hay todo tipo de historias, muy ricas.  A nosotras nos interesaron mucho algunas en las que, además de ser pioneras en sus disciplinas científicas, fueron pioneras del feminismo.

Porque además hubo como una sinergia muy linda en esos primeros momentos del feminismo, donde provenían de diferentesideas políticas pero que confluían en estos primeros movimientos feministas, de las sufragistas.

Esas son algunas de las historias que contamos.

También hay otras historias de mujeres que no militaban, o que no tenían una militancia desarrollada, o todavía no la habían visto y que recién empezaban a verla.

Pero sí siempre presente, siempre constante, el tema de la desigualdad, de mujeres muy grosas en sus disciplinas a las que todavía le costaba ver que efectivamente tuvieron que superar obstáculos o que les era más difícil por ser mujeres y que si no hubieran tenido otra mujer cerca les habría costado aún más.

Es placentero contar estas historias, cómo se entrecruzan, se entrelazan, cómo forman una red y así juntas vamos conquistando derechos y avanzando sobre los pasos de las que vinieron antes y nos abrieron el camino.

-Puntualmente en Argentina ¿cuál es la situación actual de las mujeres que trabajan en la ciencia?

-Las mujeres somos mayoría en ciencia en Argentina, esto es un primer dato muy relevante que es muy diferente con lo que pasa en general, en el mundo, donde el promedio de mujeres es del 30% más o menos. En nuestro país somos casi el 60%.

El gran problema es el lugar en dónde estamos, porque somos muchas en la base del sistema, hay muchas becarias pero no tanto investigadoras.

Además el sistema científico se caracteriza por tener escalafones, pisos y se da lo que se conoce como “efecto tijera”: somos muchas en la base pero a medida que avanzamos en las jerarquías superiores- que son las que tienen mayor remuneración y mayor poder de decisiones en lo que se investiga, cómo se investiga, cómo se utilizan los fondos, quién dirige los proyectos y los institutos de investigación- ese número empieza a mermar. Cada  vez vemos menos y menos mujeres.

Esto claramente no tiene que ver con diferencias de capacidad sino con temas más personales, como el hecho de que es común que a la mujer nos atraviese la maternidad, justamente cuando en el sistema científico se exige másproductividad para avanzar. 

Y esto está directamente relacionado con el diseño de políticas públicas que no contemplan esas situaciones.

Hay un sinnúmero de necesidades como por ejemplo que a las mujeres se les otorguen, si son madres, más tiempo para presentar los trabajos, o que se compensen las licencias de alguna manera. En todos los Institutos de Investigación debería haber guarderías o jardines maternales y lactarios. Toda una serie de hechos que recién ahora y muy de a poco empiezan a suceder y que esperamos que sucedan cada vez más y que el próximo gobierno, sea el que sea, invierta más en ciencia y en estas cuestiones para lograr una ciencia más justa, inclusiva y diversa. 

Porque el hecho de que haya mujeres en ciencia no es importante, solo para nosotras, sino que es importante para toda la sociedad. Las mujeres en ciencia nos hacemos preguntas que son relevantes para toda la sociedad.

Vos hablás de la ciencia como herramienta política. ¿Sentís que el Estado desaprovecha el talento y la formación de sus científicos? En La Plata hay un grupo político, que se llama Desafío Benoit que proponen trabajar en conjunto Estado y Universidades y que ese talento, esas ideas puedan venderse como patentes al mundo y así ser exportadores de este recurso que es tan valioso. ¿Qué opinás?

-Sí, totalmente. La ciencia como herramienta política es súper importante y el tema de la exportación sería muy bueno que exportemos conocimientos y no que exportemos científicos y científicas que es lo que está pasando últimamente.

Una persona que se especializa en ciencia, y en este país sobre todo en la educación pública es muchísima inversión de parte de toda la sociedad. Lo ideal es que todos esos recursos que invertimos en personas que aprenden y que adquieren conocimientos científicos se desarrollan en el país se queden aquí y sirvan para generar obviamente, a través de patentes, descubrimientos y posibles ganancias.

Para lograrlo es necesario que el Estado invierta en ciencia y tecnología  de manera sostenida porque  los descubrimientos científicos llevan mucho tiempo, mucho trabajo, muchas veces años de desarrollo, investigación, marchas atrás…  Eso en un país en donde la ciencia atraviesa cíclicamente etapas de desinversión, incluso de destrucción evidente y voluntaria del sistema,es muy difícil de sostener. Y también es difícil que las personas puedan desarrollar un proyecto con apoyo estatal y que tengan todos los recursos necesarios para poder realizar sus investigaciones, por eso es que se dan las famosas fugas de cerebro.

Se necesitan planes muy sostenidos, se necesitan políticas muy activas para retener a esos talentos y darles todo lo que necesitan para que puedan desarrollarse profesionalmente en Argentina. Y además es fundamental que la ciencia que se desarrolle en el país sea una ciencia al servicio de las demandas de nuestra sociedad. Porque también el sistema científico tiene esto que premia a quien publica en revistas extranjeras que además de ser carísimo, muchas veces los temas que les interesa a las revistas de afuera no tienen que ver con lo que nos interesa a nosotros como país. Por ejemplo el Chagas, una enfermedad que está desatendida, con muy poca investigación considerada de países del tercer mundo, una enfermedad totalmente estigmatizada. Las personas que lo investigan son importantísimas pero tal vez no publican en revistas internacionales eso ¿debería importarnos? O ¿debería importarnos más una solución real para los problemas de los argentinos y las argentinas?

-¿Cómo definirías la soberanía científica?

-Soberanía científica es que un país pueda decidir que tipo de ciencia quiere hacer, para quiénes y cómo hacerla.

Está ligada a tomar las decisiones sobre nuestra `política- en este caso sobre nuestra política científica y tecnológica- sin condicionamientos, y para esto se necesita decisión política, capacidad económica y sobre todo, tener en cuenta las necesidades reales de nuestra sociedad.

Hacer una ciencia que realmente esté pensada y diseñada desde, por y para las personas que habitamos en este país.

-Varones volcados a ingeniería o tecnología, mujeres a profesorados o ciencias sociales, todavía sigue existiendo esto a la hora de los jóvenes a elegir las carreras ¿Qué puede hacerse al respecto?

-Mucho, mucho trabajo. Arranquemos analizando que son muchas cuestiones a considerar, por un lado los famosos estereotipos de género. Empezamos con la cancha totalmente inclinada desde que somos chicxs cuando a las nenas nos regalan muñecas, escobas, planchitas y a los nenes legos y cosas para armar. ¿Cómo vas a ser ingeniera si te encajaron un bebote, una cocinita y una escoba mientras el nene estaba construyendo y mandando cohetes al espacio? Ya es difícil de movida.

Luego toda la existencia de los referentes, siempre son varones, esas voces autorizadas, nosotras seguimos siendo minoría.

También hay varios estudios relacionados a la autopercepción de las chicas. Hay un muy grande, hecha hace unos cuantos años que mostró, por ejemplo, que las nenas a partir del ingreso a la escuela, o sea de los 6 años comienza a dejar de percibirse igual de inteligente que los varones. O sea empieza ya a pensar que ellos son más inteligentes. Hasta los 6 años la autopercepción es muy pareja, luego empezamos a pensar que a los varones les cuesta menos.

Vale Edelsztein siempre se acuerda de una Barbie que había hace unos años, en los 90  que hablaba, decía algunas frases. Y una de las frases que decía era “las matemáticas son difíciles, las matemáticas son aburridas”, una cosa realmente espantosa de recordar.

Hace muy poco se hizo un estudio muy interesante también en museos. Se observó por mucho tiempo el comportamiento de les mapadres con sus hijes en esos lugares y se comprobó, muy fuertemente, que cuando los hijos varones preguntaban cosas les contestaban en forma más racional y más detallada que a las hijas mujeres. Con ellos los mapadres se arrodillaban, se tomaban el tiempo, charlaban les explicaban, a las nenas les contestaban a los apurones.  O sea en las mismas familias no se habla desde edades tempranas en forma igual a varones que a mujeres.

Obviamente todo esto tiene que ver con la elección de las carreras.

Por otra parte están las paredes de cristal que dividen las disciplinas y que hacen que las mujeres tendamos a elegir carreras más relacionadas con lo que se supone que son“nuestros dones naturales”, o sea esto que nos dicen que somos más empáticas, máscomunicativas, nos gusta hablar, entonces elegimos carreras de Ciencias Sociales.

Y cuando elegimos carreras relacionadas con la Salud, vamos para el lado de la enfermería que es, específicamente, una carrera de cuidados. Mientras ellos, en relación a la Salud tal vez eligen Farmacia y Bioquímica. Definitivamente todo está relacionado con los estereotipos. Pero esta división sexo genérica, relacionada con quién puede hacer una cosa y quien no, se nos inculca desde muy pequeñas, muchas veces no nos damos cuenta y nos cuesta mucho darnos cuenta de esto.

Todo esto está en el aire, es parte de cómo fuimos criadas y es parte de todo lo que tenemos que aprender a desarmar y a dar vuelta para tender hacia la igualdad.

-¿Creés que deberían haber más programas o proyectos del Estado que ayuden a borrar esta división sexo genérica de las ciencias?

-Si, por supuesto, desde el Estado y desde las mismas Instituciones. Hace muy poco,el departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, convocó un concurso docente buscando una profesora. Por primera vez en el país que se convoca a un cargo exclusivamente para mujeres. Imagínense como salieron a criticar “¿Por qué? ¡Es una discriminación!¿No sería mejor que busquen por capacidad?” Esas cosas que se dicen siempre. Pero eso es un claro ejemplo de lo que se llama discriminación positiva, de medidas que tiendan justamente a nivelar la desigualdad, porque el Departamento de Matemática, descubrió efectivamente, que tiene un porcentaje muy bajo de profesoras, sobre todo en cargos titulares concursados y pensó que las alumnas necesitaban “referentas”. Obviamente este tipo de decisiones se pueden tomar desde todo tipo de Instituciones, ni hablar desde el Estado, va más allá de un cupo femenino, tiene que ver con que hay que nivelar la cancha y hay que nivelarla lo antes posible, porque no podemos esperar. Muchas veces nos dicen que esto se va ir equilibrando solo, que entonces en 60 años, puede ser que…¡no podemos esperar 60 años!¿qué hacemos? ¿Nos sentamos a esperar? Veamos si podemos acelerar un poquito ese proceso porque si vamos a esperar que suceda naturalmente no vamos a llegar a verlo lamentablemente.