“El desafío es identificar nuestras referentas

Por Gabriela Chamorro – Las brujas que salem

Charo Bogarín, “La Charo”, cantora guaraní, defensora a ultranza de nuestra identidad cultural y apasionada por la historia y sus procesos.

No es casualidad que Aymará Robera la convocara para ponerse en la piel de Aymé Painé y Miguel Angel Rocca supiera que sólo ella podría encarnar a Martina Chapanay. Dos series que se pueden ver gratuitamente en la plataforma Cont,ar y que tanta luz arrojan en la construcción del relato de las mujeres que dejaron huella en nuestra historia.

“Fue un gran honor que me llamaran a representar a estas mujeres que yo referencio como mis heroínas culturales” asegura.

El escenario de encuentro es la Universidad Pública. En este caso la Universidad Nacional de La Plata y una clase abierta de la cátedra libre de Feminismos Populares Latinoamericanos La Martina Chapanay. El panel: un lujo. Al lado de La Charo está Dora Barrancos y Elizabeth Gómez Alcorta y el pretexto es recuperar, visibilizar y celebrar a las bandoleras de la historia, a esas indómitas, mestizas, indias, marronas que rompieron con los estereotipos y con sus desobediencias nos permitieron soñar, habitar, otros modelos y horizontes posibles.

Cada una de estas “brujas” hará su aporte y Charo aún conmovida por la investigación y la interpretación de “Martina Chapanay” nos invitará a sumarnos al “desafío de identificar nuestras referentas y construir una épica propia del feminismo desde nuestros orígenes hasta la actualidad”.

Y es que a todo lo que se documentó para meterse en la piel de estas dos mujeres, se suma su sangre indígena su militancia y su canto compartido con tantas copleras del norte, cantoras mapuches, quom, las ceremoniales huarpes y las representantes del canto charrúa y el canto chaná.

Charo está acostumbrada a mirar hacia adentro. Nos pide que miremos nuestras raíces y que, así como no necesitamos recorrer las filosofías de afuera para saber que la ecología es un tema de agenda, o recurrir a teorías de otros continentes para estar en armonía con el agua, la tierra y la naturaleza, éste es el momento de pensar en un feminismo indígena y dejar de seguir referenciándonos con matices y patrones blancos.

AYMÉ Y MARTINA

“La verdad que fue un hermoso desafío, es la segunda vez que me toca como actriz interpretar a heroínas que son mestizas y que tienen sangre indígena.  Como mujer guaraní y cantora de raíz encontrarme de repente, ya sea en el cine o en la televisión, con estas series que vienen a poner de relieve las figuras de nuestras heroínas culturales, heroínas sociales y políticas como son Aimé Painé y como lo es Martina Chapanay es muy placentero” nos cuenta Charo.

“Martina Chapanay una referenta del 1800, Aimé Painé una referenta del 1970, 1980 en adelante y en este caso una libertaria también. Ella primero como una especie de Robin Hood, siendo bandolera rural, cuyana, generadora de relatos y leyendas pero ahora rescatando su figura desde lo que es el Estado, desde una mirada deconstruída y desde una mirada oficial también. Es un acierto sacarla de ese ámbito de la leyenda,  para convertirla realmente en una figura política de nuestra historia Argentina y de la construcción de un federalismo. Por eso para mí Martina es no sólo una gran referente sino un ícono que necesitamos hacer conocer.

Creo que las mujeres de este anclaje que la historia oficial nos ha privado de tener, estas referentas culturales, sociales, políticas, Aimé Painé de la Patagonia, Martina Chapanay de la región cuyana andina son sin duda figuras que estábamos necesitando tener como referentas y como mujeres que  dejaron su huella” asegura.

ESCRIBIENDO EL RELATO

Charo insiste en reescribir esa historia oficial, en la que ella también fue educada, en la que todo se lee desde el gaucho para acá. Donde todo lo anterior- la historia de nuestras comunidades indígenas, nuestro mestizaje y nuestra lucha- estaba invisibilizada.

Celebrando la creación de productos audiovisuales que reconstruyen ese imaginario político asegura haber sido elegida para interpretar a Aymé por su “cara cortada a machete y por saber cantar”.

El caso de Martina Chapanay es aún más reciente. Filmada en San Juan a lo largo de 8 episodios mágicos Charo se siente “muy identificada con Martina” y rescata: “Ella no empieza como Juana Azurduy desde un lugar político acompañando al marido, Martina empieza desde su propia historia”

Y entre anécdotas de la filmación adelanta lo que se va a poder ver en la serie, una niña que queda huérfana de madre muy chica y que es llevada de lo rural a lo urbano con el pretexto de “educarla”. Ahí nace su primer acto de rebelión en el campo personal y Martina huye porque no quiere sentirse sometida. Así comienzan sus elecciones de defensa de la tierra y el agua sagrada y también de sobrevivir como bandolera, asaltando a quienes más tenían para repartir entre los desposeídos, simulando a Robin Hood.

La región de cuyo toda va a hablar de la mujer que se viste con ropa de gaucho, con bombachas, que maneja el facón mejor que cualquier hombre y no teme a nada y el propio Ejército la va a convocar para ser chasqui en las guerras patrias. Una mujer que entró y salió del sistema muchas veces, que rompió estereotipos y que jamás estuvo nombrada en los manuales, solamente en las leyendas que suelen tener distintas versiones de lo que fue su vida. Las luchas de Martina se van a sumar una a otra hasta convertirse en la vengadora del Chacho Peñaloza. Pero la historia es tan rica, que la invitación a ver la serie se hace obligatoria.

LUCHAS QUE ATRAVIESAN TODOS LOS TIEMPOS

En la charla con Charo se cuela la actualidad: los hechos ocurridos en Jujuy, el tercer Malón de la Paz…

“Me parece que las historias se vuelven a repetir, las luchas indigenistas siempre atraviesan a todoslos tiempos, a los partidos políticos y a las construcciones que tenemos, y estalucha de Jujuy se empata mucho con la lucha por el agua y por la tierra, que también Martina Chapanay la libró allá hacia el 1800. La cuestión es cómo se van resolviendo estas cuestiones, cómo éstas luchas indigenistas desde las bases  van logrando un espacio cada vez más importante y como se convierten en un factor más decisivo de las políticas de estado nacionales, provinciales, municipales”- reflexiona

EL VALOR DE LAS VOCES DE LAS MUJERES Y DE SU MÚSICA

Como vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música Argentina (INAMU) Charo Bogarín recorre el país para implementar la Ley de Cupo Femenino (27.539) y de acceso de artistas, mujeres y diversidades en Eventos Musicales.

“Falta mucho por hacer, pero la ley de cupo es nueva, fue reglamentada en el 2020, aprobada en el Congreso en 2019, luego vino la pandemiay tuvimos que transitar casi un año en tratar de normalizar nuestras actividades. Dentro de ellas también la actividad musical” cuenta entusiasmada.

“Al momento el impacto de la ley de cupo que obliga a programadores y programadoras de eventos públicos y privados o mixtos, tanto con fines de lucro o sin fines de lucro viene teniendo un impacto de una presencia del 106% más de mujeres y diversidades en el escenario. Las estadísticas están dando que los impactos son buenos, las declaraciones juradas que presentan programadores y programadoras de eventos crecieron en un300% y eso se ve en la labor del territorio, de desembarcar en cada una de las provincias. Se acuerda no solamente con el Ministerio de Cultura y de Turismo de Nación sino también con las Secretarías de Cultura de las provincias para que ellas puedan articular con los municipios que es donde más se incumple esta norma”, señala Charo. En cada llegada a territorio se trata de explicar esta política pública que intenta dignificar a un sector vulnerado. Y la aclaración llega rápido “Dentro de los músicos, músicas y músiques los más vulnerados son los autogestivos y dentro de ellos hay mujeres y diversidades de los pueblos originarios que son aún más vulneradas. Entonces esta ley es una herramienta que tenemos que saber utilizarla, que tenemos que utilizar la empatía, no la coerción, para que desde los estamentos públicos y también desde los privados, se entienda que es una política necesaria acorde a los tiempos que corren. Estamos en el siglo XXI, hay nuevos paradigmas, la mujer en sus diferentes actividades toma relevancia e importancia, queremos estar en esos lugares para que se oigan nuestras voces, queremos estar en los lugares de decisión y creo que esta ley viene a ser un gran aporte para esta lucha”.

y construir una épica propia del feminismo”