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La mayoría de los varones no se toman las licencias para cuidar a sus hijes

En la Legislatura de la Nación se está discutiendo el proyecto de Ley Cuidar en Igualdad, una propuesta de distintas medidas de gobierno para empujar que las tareas de cuidado no recaigan únicamente sobre las mujeres cercenándoles su economía, tiempo y futuro. Entre las propuestas que se tratan está la histórica necesidad de revisar los tiempos de las licencias por mapaternidad y de cuidados cuando les niñes se enferman. Nuestro país, del cual nos enorgullece una legislación faro en derechos humanos e inclusión, está, en este tema bastante relegado.

Como todas las cuestiones del feminismo la agenda es empujada por las mujeres, que son las desfavorecidas. ¿Pero qué piensan los varones y qué hacen ellos con las licencias que tienen hoy disponibles en su trabajo? ¿Las toman? ¿Prefieren no hacerlo? ¿Conocen la información sobre sus derechos licenciatarios? Estas preguntas fueron formuladas por un equipo de profesionales – mujeres obviamente- de la Dirección de Políticas de Igualdad que conduce María Alejandra López en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires a cargo de Guido Lorenzino. Este organismo, que es un aliado estratégico del Estado en acercar derechos a la gente se puso a sus hombros la investigación de relevamientos y análisis de situaciones con un grupo de sociólogas encabezadas por Melina Capucho que es Coordinadora de Políticas de Igualdad. Ellas armaron una encuesta, la distribuyeron y analizaron sus resultados. 

Las Brujas charlamos con Melina Capucho sobre las conclusiones del informe:

-La Defensoría siempre está pateando el tablero en investigar temas por primera vez. En el pasado fueron los noviazgos violentos, la menstruación ahora las licencias enfocadas desde la decisión de los padres a tomarlas o no. ¿Cómo y por qué decidieron armar el estudio?

Melina Capucho: -Sí, lo de gestión menstrual fue en su momento ruidoso, un poco escandaloso, ahora se habla más. Pero la idea es seguir hablando de cuestiones que nos afectan en la vida diaria, incluso que afectan al bolsillo y que repercuten en la posibilidad de transitar los espacios que habitamos con dignidad y con derecho.

Esta encuesta la lanzamos el año pasado para el Día del Padre. Lo que motorizó el tema es que veíamos que teníamos información más sólida sobre el rol de las mujeres, sobre el tiempo que le dedicamos a las tareas domésticas y de cuidado sin embargo de los varones solo sabíamos que dedican la mitad del tiempo en realizar esas tareas y no mucho más. Nos faltaba información y creímos necesario recabarla. Decidimos enfocarnos en qué sabían ellos de las licencias por paternidad y por cuidado en sus ámbitos de trabajo. La encuesta la hicimos a varones, mayores de 18 años, en relación de dependencia porque en esos lugares se supone que es un ámbito donde en general se tiene mayores derechos. Tomamos en principio esa vara, para en todo caso luego, indagar en un trabajo más adelante sobre los espacios de mayor vulnerabilidad.

-¿Y qué se encontraron cuando lograron relevar los datos?

-En primer término un gran desconocimiento por parte de los varones tanto acerca de las licencias que tienen de paternidad, como la licencia que tienen de cuidados. Los números son muy importantes: 2 de cada 10 varones desconocían si en su espacio de trabajo había licencia por paternidad.

También nos señalaron que, aun sabiendo que la tenían y necesitándola, no la usaron de manera completa.

Cuando hablamos de la licencia de cuidado nosotras quisimos hacer un aporte específico, porque la licencia por paternidad es una licencia que recién ahora se está empezando a poner en discusión, esto de que dure más tiempo. En la presentación del informe, Sabrina Cartabia -del Ministerio de Mujeres de Provincia- aportaba algo súper interesante que es, que hoy por hoy, dan más días por luna de miel, o por pre examen que a un padre que acaba de tener un hijo. Algo que parece bastante incoherente cuando estamos hablando de corresponsabilidad ¿no? Y lo que tiene la licencia por cuidados particularmente, es que es una licencia que no está en la ley de contrato de trabajo, no se dice específicamente “cuidados familiares” sino que es un ítem que, de alguna manera, da lugar a que las mujeres solamente puedan cuidar a hijos e hijas menores de 18 años, pero no hay pisos mínimos tan claros de acuerdo a los cuidados en términos generales y que sean para toda la población trabajadora. Por eso la licencia de cuidado para nosotras fue muy importante de poder consultarla. Y ahí, volviendo al dato relevante es tratar de repreguntar por qué los varones que sabían que tenían esa licencia por cuidado no se la tomaban.

La mayoría de los motivos, o la justificación para no hacerlo era sobre todo porque no la consideraban necesaria, otros contestaron que perjudicaba su dinámica de trabajo o que simplemente querían volver al trabajo.

Desde la Defensoría del Pueblo, desde la Dirección de Políticas de Igualdad que conduce María Alejandra López, nosotras planteamos que la invisibilización de las tareas de cuidado en el ámbito de trabajo, no hace que desaparezcan, simplemente hace que haya una parte de la población que se esté ocupando mayoritariamente de garantizarla, incluso de garantizar cuidados, que podrían propiciarse las personas auto cuidándose. Porque muchas veces las mujeres, no sólo se ocupan de cuidar a niños, niñas, adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad, sino también gestionar cuestiones que hacen al cuidado de personas mayores de 18 años que son totalmente capaces de auto cuidarse ¿no?

-Pareciera que falta mucho trabajo de conciencia también en los varones respecto de no naturalizar el rol de cuidados en las mujeres yasimismo, entender que es responsabilidad de ellos en la misma proporción…

-Totalmente nos pareció muy importante poner en discusión todo lo que tenía que ver con esto, con el uso, el conocimiento y las reacciones que incluso hoy sigue habiendo en los espacios de trabajo cuando un varón decide tomarse una licencia por paternidad o por cuidados.

Ya sabemos que cuidar es una necesidad  pero también es un derecho. Los estereotipos de género, la división sexual del trabajo que nos ha asignado a nosotras el rol de cuidadoras, también ha privado a los varones del derecho a cuidar, el derecho a estar en las primeras infancias, el derecho a tener roles activos en el cuidado de madres, padres o personas que requieran de esos cuidados también, y ha privado también a muchas niñeces de estar con su padre en el momento, por ejemplo, de transitar una enfermedad.

-Sí, siempre resaltamos que el patriarcado incomoda a los varones porque deberían resignar algunos privilegios pero también ponemos énfasis en todo lo que se pierden por estar atravesado por mandatos que a veces los alejan de sus hogares e hijes…

-Tal cual, como conocer quiénes son los profesionales de la salud con los que se atienden sus hijes, saber qué materias está cursando, cuándo participa en un acto escolar. Poder participar de todas estas instancias son momentos irrepetibles.

También fue una sorpresa que cuando  consultamos por las reacciones de los compañeros de los varones que sí usufructuaron las licencias aparecían frases aleccionadoras respecto del rol que deben ocupar como “ahora trabajás de enfermero”; “de esos se ocupan las minas”; “pero si el hijo lo tuvo tu mujer” frases que creíamos que en 2023 deberían estar desterradas pero que realmente se siguen repitiendo.

También entendimos que para que el varón vaya a buscar la información sobre las licencias debe sentirse parte, debe abonar estar convencido de la corresponsabilidad en la crianza y en los cuidados, porque si realmente no cree que tiene que hacerlo difícilmente se preocupe por buscar una información que no va a usar, porque cree que no le compete.

-En la encuesta entrevistaron a varones que trabajaban en el sector privado y en el estatal. ¿Qué diferencias encontraron en esos ámbitos?

-Si, hubo algunas diferencias sobre todo en quienes se tomaban más las licencias. En general los varones del ámbito privado lo hacían más que quienes trabajaban en el ámbito público.

En el empleo público hay muchas licencias que se ampliaron. En el 2021 hubo una ampliación muy importante de incluir las adaptaciones escolares- sobre todo de jardín de infantes y cuidados de primera infancia-, tener en cuenta las adopciones, ampliar a 15 días la licencia por paternidad. Aún así aparece en el estudio que se las toman en menor proporción que en el ámbito privado. En las respuestas surgen cuestiones como no tomárselas por estar peleando un puesto o un lugar de mayor responsabilidad.

En el estudio cuando interrogamos sobre  las licencias por cuidado la mayor parte de los varones que respondieron tenían uno o dos hijos y aún así  aseguraron que no necesitaron la licencia durante todo el año…

-¿Los hijos no se enfermaron durante todo el año?

(Risas) -Sí, es muy poco probable más teniendo en cuenta la post pandemia. Sin duda había ahí una madre que se quedaba cuidándolos.

La realidad es que del trabajo si pudimos concluir que en el ámbito público los varones conocen un poco más sus derechos en cuanto a las licencias que en el privado.

-Este trabajo además de novedoso y aportar datos que no existían está  realizado por mujeres, profesionales que trabajan en el Estado. Nombrámelas por favor.

-Si, para nosotras es un orgullo, como profesionales de la universidad pública poder generar estas cosas desde el Estado. Las dos sociólogas que estuvieron atrás del armado de la encuesta y del  informe son Yanina Arturi y Luciana Stella y después bueno todo un equipo que está confirmado por Antonela Cristelli, Ornella Trotta y Rocío Hubert que también estuvieron ahí al pie del cañón. Y por supuesto, todo el personal de las 57 Delegaciones que tuvieron un rol fundamental que esta encuesta llegue a cada rincón de la provincia, porque una de las cosas que contamos es que el primer obstáculo que tuvimos es que los  varones vieran un link que diga “cuidados en el ámbito laboral” y pensaran que es una cosa que no les compete, entonces ahí el trabajo de las delegaciones fue fundamental, dar luz verde, machacar, decir vamos, dale, contesten y así pudimos llegar a mucha población para que sea un relevamiento representativo.